His Eminence Thomas Cardinal Collins
Office of the Cardinal 1155 Yonge Street Toronto,Ontario M4T 1W2 2016/12 September 29 2016 Dedication of St. Michael, the Archangel Your Eminence, Brother in Christ, peace and all good. I write to add my congratulations to those of so many others on the occasion of the Rededication of Saint Michael’s Cathedral on this day. Our Mass for this feast of the Dedication of Saint Michael, the Archangel will be offered in thanksgiving for the successful renovation of the Cathedral. I have recently read the excellent and thoughtful special supplement issued by The Catholic Register highlighting the history of the Cathedral and the process of her restoration under your inspired and steady shepherding. For a city in which scant importance is often paid to the preservation of our historical buildings, the Cathedral’s restoration shines forth as an example for others to follow. The renovation of such a significant building in the history of our city should give pause in future decision-making as regards the cost of restoration versus starting from scratch. There is meaning to our historical places which go deeper than budgetary considerations. Besides being a building of historical significance for our city, Saint Michael’s Cathedral is an important place of worship. This sacred space has now been renewed for the continued growth of the community of faith. Having found at Saint Michael’s Cathedral an oasis to be in the Lord’s Presence in prayer and contemplation – sometimes simply in restful repose – in the midst of the frenetic activity of downtown Toronto, I rejoice in knowing that it will once again provide this sanctuary. I look forward to seeing the realization of Cathedral Square which will but add to the Lord’s presence in downtown Toronto. Although some will be critical of the effort and money put toward this massive renovation project, it fills me with spiritual consolation knowing that you have done as Saint Francis of Assisi did, rebuilding the physical building as an expression of rebuilding the community of faith, all in the service of the worship due Almighty God. With prayers to Saint Michael, the Archangel that he may protect and defend us and Christ’s Church, I remain, Most Reverend Roger LaRade, O.F.A. Primate-Archbishop
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![]() Autumn Ember Days On September 21, 2016 begin the three Michaelmas Ember Days (Wednesday, Friday, Saturday). They are observed by fasting and partial abstinence (Full abstinence on Friday). As always, such fasting and abstinence has a greater purpose. As the Catholic Encyclopedia notes, through these activities, and through prayer, we use the Ember Days to "thank God for the gifts of nature, . . . teach men to make use of them in moderation, and . . . assist the needy." The Liturgy of the Ember Day fasts possessed originally a distinctly festive quality, and was partly a festival of thanksgiving for the ingathering of the fruits of the season. These rustic feasts originated at Rome. The observance of the Ember Day fasts was only introduced into Milan in the days of St. Charles Borromeo. The liturgy of this week has kept to a great extent unchanged its early festive character, which recalls so vividly the rural feasts of ancient Rome at the close of the vintage. The idea of a special preparation for the solemn Ordinations represents a later addition, which, however, dates from the time of Gelasius I. The station on Ember Wednesday is, as a rule, at St. Mary Major, and the three Lessons in the Mass are a survival of the ancient Roman liturgical use, which recalls those very early times when to the two Lessons from the Law and Prophets, customary in the synagogues of the Dispersion, the Apostles added a third lesson taken from the Gospels. The passage from the Gospel of St. Mark (Mark 9:16-28) teaches that humble prayer, on the other hand, and fasting, spiritualize our nature, which is thus raised to a supernatural state, and render it invulnerable to the fatal blows of Satan. The Church today insistently invites us to rejoice, and tells us that this holy joy in the Lord is that which nourishes our spiritual strength. _________________________________________ Quatre-Temps d'Automne Les Quatre-Temps de Septembre sont les plus anciens avec ceux de décembre. Ils ont toujours lieu dans la semaine qui suit le 3ème dimanche de septembre. Par commodité, le Missel Romain les place après le 17ème dimanche après la Pentecôte. Dès les premiers siècles, les Quatre-Temps ont été fixés, dans l’Église Romaine, aux époques où on les garde encore présentement ; et si l’on trouve plusieurs témoignages des temps anciens dans lesquels il est parlé de Trois Temps et non de Quatre, c’est parce que les Quatre-Temps du printemps, arrivant toujours dans le cours de la première Semaine de Carême, n’ajoutent rien aux observances de la sainte Quarantaine déjà consacrée à une abstinence et à un jeûne plus rigoureux que ceux qui se pratiquent dans tout autre temps de l’année. Les intentions du jeûne des Quatre-Temps sont les mêmes dans l’Église que dans la Synagogue : c’est-à-dire de consacrer par la pénitence chacune des saisons de l’année. Declaración Pastoral Infirmatur quis in vobis sobre la Eutanasia Humana y el Suicidio Asistido9/19/2016 ![]() Declaración Pastoral Infirmatur quis in vobis sobre la Eutanasia Humana y el Suicidio Asistido 1. Infirmatur quis in vobis inducat presbyteros ecclesiæ et orent eum unguents eum oleo in nomine Domini et oratio fidei salvabit infirmum et adlevabit eum Dominus et si in peccattis sit dimittentur ei. (Santiago 5:14-15) 2. ¿Está enfermo alguno de vosotros? Llamen a los ancianos de la Iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y si ha pecado, su pecado le será perdonado. (Santiago 5:14-15) 3. Desde el principio la respuesta cristiana a las enfermedades y sufrimientos ha sido la oración y el cuidado de los enfermos. Rezamos por los enfermos uniéndonos a sus sufrimientos y uniendo este sufrimiento al sufrimiento redentivo de Cristo. Los primeros cristianos lo hicieron asísiguiendo el ejemplo de los apóstoles en obediencia a las palabras de Jesús: (Marcos 6:7-13) 4. La respuesta Cristiana a las enfermedades y los sufrimientos no incluye ni la euthanasia ni el suicidio asistido. Ninguno de ellos , desde una perspectiva Cristiana puede considerarse un acto compasivo o misericordioso. 5. Ayudar a poner fin a la vida de un ser humano o facilitar los medios para ello es siempre moralmente inaceptable. 6. Desde el 16 de Junio la euthanasia es legal en los siguientes paises: Los Paises Bajos, Bélgica, Irlanda, Colombia y Luxemburgo. El suicidio asistido es legal en Suiza, Alemania, Japón, Albania, Canadá, y en los estados de Washington, Oregón, Vermont, Montana y California. 7. La Eutanasia es poner fin a la vida de un ser humano que así lo desee. Es generalmente definida como el acto de matar a un enfermo incurable con el fin de poner fin a su sufrimiento. También se le llama: matar compasivo. Muchos defensores de la Eutanasia definen el matar-compasivo como poner fin a la vida de un enfermo incurable con o sin su consentimiento. 8. Hay dos formas de euthanasia: activa, es decir, poner fin a la vida de una persona enferma con una acción directa en respuesta al deseo expreso de esa persona. Pasiva, apresurar la muerte de un enfermo terminal suspendiendo los cuidados médicos para dejar que la enfermedad siga su curso. 9. El suicidio asistido es una forma de euthanasia pasiva. Es una forma híbrida entre la euthanasia pasiva y activa, en la cual el médico proporciona una dosis letal de barbitúricos o gas de carbon monóxido para poner fin a la vida del enfermo (5) 10. La legislación de Eutanasia y el suicidio asistido provoca una distinción entre la legalidad y la moralidad de una acción. Normalmente una acción legal lo es también moral. Pero hay casos en los cuales una acción legal no es moralmente acceptable. 11. No se puede negar que la euthanasia y el suicidio asistido son un hecho. La moralidad de las acciones envueltas en estos casos se relacionan con el valor de la vida humana desde su principio hasta el fin. También se relacionan con el sufrimiento humano y la pérdida de independencia. Particularmente si estos dos aspectos se consideran como un peso intolerable que hay que eliminar, en lugar de considerarlos como un aspecto de la vida humana que hay que entenderlos desde una perspectiva cristiana , parte de nuestro fin ultimo. 12. Es innegable que ciertos aspectos de la vida humana son muy complicados porque envuelven todo nuestro ser y el sentido que damos a nuestra vida. Somos inseparables de nuestro nacimiento y de nuestra muerte y del tiempo que transcurre entre dos puntos. No es de extrañar que estos aspectos vitalesocasionen controversias, discusiones y posiciones contradictorias, e incluso dudas en la fe de muchos cristianos y gentes de buena fe. 13. Por lo tanto, y para disipar toda duda, afirmamos que el matar intencionamente, facilitar o colaborar en este acto sean cuales sean las circuntancias es siempre moralmente inaceptable. 14. Me uno a mis hermanos Obispos de la Iglesia Ortodoxa y de la Iglesia Católica Romana afirmando que la dignidad de la persona humana y el desarrollo de la sociedad humana exigen: a) la protección de cada vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. b) libertad de conciencia y religión de cada persona y de cada institución. 15. Respecto a la moral cristiana y a la corrupción del suicidio asistido la Iglesia Católica Eucarística enseña lo siguiente: “Cualesquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable. Por tanto, una acción o una omisión que, de suyo o en la intención, provoca la muerte para suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador. El error de juicio en el que se puede haber caído de buena fe no cambia la naturaleza de este acto homicida, que se ha de rechazar y excluir siempre. (Catecismo de la Iglesia Catolica [CIC]: 2277) “El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí mismo. Ofende también al amor del prójimo porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las sociedades familiar, nacional y humana con las cuales estamos obligados. El suicidio es contrario al amor del Dios vivo.” (CIC: 2281) “La eutanasia voluntaria, cualesquiera que sean sus formas y sus motivos, constituye un homicidio. Es gravemente contraria a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador.” (CIC: 2324) “El suicidio es gravemente contrario a la justicia, a la esperanza y a la caridad. Está prohibido por el quinto mandamiento.” (CIC: 2325) 16. Como cristianos fieles creemos en el valor inherente de la vida de cada individuo, según ha sido creada por Dios, desde la concepción hasta la muerte. También creemos que no estamos en control de nuestras vidas ni de nuestro destino, que se desarrolla según la voluntad de Dios a quien debemos someternos. 17. Sabemos que los órganos legislativos de muchos paises no basan sus normas en estos principios. Vivimos en un mundo en el cual el valor supremo es la independencia y el libre albedrío del individuo. Debemos conocer y vivir con esta realidad: que la supremacía de Dios ha sido reemplazada por la supremacía individual de la persona humana. 18. Debemos ser conscientes de que aunque vivimos en este mundo, no somos de este mundo. Es decir, como cristianos basamos nuestros pensamientos y acciones respecto al mundo en que vivimos en las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo. Indiscutiblemente el título de “Señor” necesita ser revaluado en este contexto. 19. Como fieles cristianos debemos oponernos a la legislación de la euthanasia y el suicidio asistido con toda nuestra capacidad espiritual y política. En el plano espiritual, ofreciendo oraciones y misas por los que practican la euthanasia y el suicidio asistido. No sólo por los que ponen fin a sus vidas de este, sino también por quienes les ayudan ; por las autoridades polؙíticas y religiosas que promulgan esas leyes. En el plano civil, debemos expresar nuestras creencias cristianas a través de nuestras relaciones sociales: correspondencia y conversaciones con los demás: familia, amigos, autoridades civiles y políticas, etc. Esta obligación moral va mas allá de la legislación. Es decir, aunque existan leyes al respect seguimos teniendo la obligación de vocalizar nuestra opinion Cristiana. 20. Es muy descorazonador que no sólo el público en general, sino politicos cristianos y católicos defienden la autanasia y el suicidio asistido en nombre de la compasiؚón. Esta posición es contraria a la santidad de la vida creada por Dios y al entgendimiento redentivo del sufrimiento humano. Dado en Toronto, Ontario, Canadá, en la fiesta del Inmaculado Corazón de María, el 22 de Agosto de 2016, en el undécimo año de mi episcopado. Reverendísimo J. Roger LaRade, O.F.A. Arzobispo Primado Iglesia Católica Eucarística Déclaration pastorale Infirmatur quis in vobis sur l'euthanasie humaine et le suicide assisté9/19/2016 ![]() Déclaration pastorale Infirmatur quis in vobis sur l'euthanasie humaine et le suicide assisté 1. Infirmatur quis in vobis inducat presbyteros ecclesiae et orent super eum unguentes eum oléo in nomine Domini et oratio fidei salvabit infirmum et adlevabit eum Dominus et si in peccatis sit dimittentur ei (Jacques 5 : 14-15) 2. Quelqu`un parmi vous est-il malade ? Qu`il appelle les anciens de l`Église, et que les anciens prient pour lui, en l`oignant d`huile au nom du Seigneur ; la prière de la foi sauvera le malade, et le Seigneur le relèvera ; et s`il a commis des péchés, ils lui seront pardonné. (Jacques 5 : 14-15) 3. Dès les premiers temps, la réponse chrétienne à la maladie et la souffrance est la prière et les soins des personnes malades, soit pour leurs guérisons ou pour les faire se sentir plus à l'aise, et en toutes circonstances, de partager la souffrance de la personne, en unissant la souffrance de la personne malade et notre souffrance avec la personne malade, à la souffrance rédemptrice du Christ. Les premiers chrétiens ont fait selon l'exemple des Apôtres qui a effectué la volonté du Seigneur (Marc 6 : 7-13). 4. La réponse chrétienne à la maladie et la souffrance ne comprend pas l'euthanasie ou le suicide assisté, qui, dans la perspective chrétienne, ne peuvent être considéré comme forme de libération ou d'action miséricordieuse. 5. Le meurtre intentionnel, ou la facilitation ou la collaboration dans le meurtre, d'une autre personne humaine, quelles que soient les circonstances, sont toujours moralement inacceptable. 6. En date de Juin 2016, l'euthanasie humaine est légale aux Pays-Bas, en Belgique, en Irlande, en Colombie et au Luxembourg. Le suicide assisté est légal en Suisse, en Allemagne, au Japon, en Albanie, au Canada et dans les États américains de Washington, Oregon, Vermont, Montana, et Californie. 7. L'euthanasie humaine est définie comme une interruption intentionnelle de la vie par un autre à la demande expresse de la personne qui veut mourir. L’euthanasie est généralement définie comme l'acte de tuer un malade incurable par préoccupation de compassion pour la souffrance de cette personne. Elle est parfois appelée la mort miséricordieuse, mais de nombreux partisans de l'euthanasie définissent l'euthanasie plus précisément comme la fin de la vie d'une autre personne sans sa demande. 8. La distinction est faite entre l'euthanasie active comme causant la mort d'une personne par une action directe, en réponse à une demande de cette personne et l'euthanasie passive comme précipitation de la mort d'une personne en modifiant une certaine forme de soutien et en laissant la nature suivre son cours. 9. Le suicide assisté - y compris le suicide médicalement assisté - est une forme d'euthanasie passive volontaire. Il est un hybride entre l'euthanasie passive et active dans laquelle un médecin fournit des informations et / ou les moyens de se suicider (par exemple, une prescription pour une dose mortelle de somnifères ou d'une offre de monoxyde de carbone à une personne, de sorte que cette personne puisse réussir à mettre fin à sa propre vie. 10. Une question qui se pose pour les fidèles chrétiens vis-à-vis la légalisation de l'euthanasie humaine ou du suicide assisté est la distinction entre une action étant légale dans une juridiction civile et la moralité de cette même action. Bien qu'il soit le plus souvent le cas que lorsqu’une action est légale, elle est aussi moralement bonne, il y a des cas où la légalité d'une action ne rend pas cette action moralement acceptable. 11. Cette situation existe certainement dans le cas de l'euthanasie humaine et du suicide assisté. La moralité des actions impliquées dans ces cas a trait à la valorisation de la vie humaine, à la fois dans son commencement et dans sa phase finale. Elle se rapporte également à l’interprétation de la souffrance humaine et à la perte de l'indépendance, en particulier de savoir si elles sont considérées comme un fardeau intolérable qui doit être terminer ou comme une réalité de la vie humaine à être expérimenté dans la perspective chrétienne du sens ultime. 12. Il est certain que les questions de la vie sont un domaine des plus complexe. Ils sont compliqués car ils impliquent notre être même, et le sens que nous attribuons à notre vie. Nous sommes inséparables de notre conception et de notre mort, et du temps qui passe entre les deux. Il est peu surprenant que les questions de la vie favorisent une telle controverse passionnée, une argumentation véhémente, et des positions fermes. Elles favorisent aussi le doute chez beaucoup de chrétiens, d'autres personnes de foi et de toutes les personnes de bonne volonté. 13. Par conséquent, pour être tout à fait clair, le meurtre intentionnel, ou la facilitation ou la collaboration dans le meurtre, d'une autre personne humaine, quelles que soient les circonstances, sont toujours moralement inacceptable. 14. Je rejoins mes frères évêques orthodoxe, catholique orientale et catholiques romains au Canada en affirmant que la dignité de la personne humaine et l'épanouissement de la communauté humaine demandent : 1) la protection et le respect de chaque vie humaine de la conception à la mort naturelle, et 2) la liberté de conscience et de religion pour chaque personne ainsi que chaque institution. 15. Sur le mal moral et social de l’euthanasie et du suicide assisté, l'Église catholique eucharistique croit et enseigne ce qui suit : " Quels qu’en soient les motifs et les moyens, l’euthanasie directe consiste à mettre fin à la vie de personnes handicapées, malades ou mourantes. Elle est moralement irrecevable. Ainsi une action ou une omission qui, de soi ou dans l’intention, donne la mort afin de supprimer la douleur, constitue un meurtre gravement contraire à la dignité de la personne humaine et au respect du Dieu vivant, son Créateur. L’erreur de jugement dans laquelle on peut être tombé de bonne foi, ne change pas la nature de cet acte meurtrier, toujours à proscrire et à exclure. » (Catéchisme de L’Église Catholique [CEC] : 2277) « Le suicide contredit l’inclination naturelle de l’être humain à conserver et à perpétuer sa vie. Il est gravement contraire au juste amour de soi. Il offense également l’amour du prochain, parce qu’il brise injustement les liens de solidarité avec les sociétés familiale, nationale et humaine à l’égard desquelles nous demeurons obligés. Le suicide est contraire à l’amour du Dieu vivant. » (CEC : 2281) " L’euthanasie volontaire, quels qu’en soient les formes et les motifs, constitue un meurtre. Elle est gravement contraire à la dignité de la personne humaine et au respect du Dieu vivant, son Créateur. » (CEC : 2324) « Le suicide est gravement contraire à la justice, à l’espérance et à la charité. Il est interdit par le cinquième commandement. » (CEC : 2325) 16. Comme chrétiens fidèles, nous croyons en la valeur intrinsèque de chaque vie humaine créé par Dieu, de la conception à la mort naturelle. Nous croyons aussi que chaque individu n’est finalement pas dans le contrôle de leur propre destin, mais qu'il se déroule selon la volonté de Dieu à qui nous sommes soumis. 17. En professant ces croyances, nous devons réaliser que les cadres juridiques de nombreux pays ne sont pas fondées sur ces croyances. Nous vivons dans un monde où la valeur ultime est placée sur l'indépendance et le droit à l'autodétermination de l'individu. Nous devons réaliser, et nous réconcilier avec le fait que la suprématie de Dieu a été remplacée par la suprématie de l’individu. 18. Nous devons comprendre que même ci nous vivons dans ce monde, nous ne sommes pas de ce monde. Cela signifie que, comme fidèles chrétiens, nous basons notre réflexion et notre action de ce monde dans lequel nous vivons sur notre compréhension des enseignements de Jésus-Christ notre Seigneur. En effet, le titre « Seigneur » doit être réaffirmée dans le contexte présent. 19. Comme disciples fidèles de Notre Seigneur Jésus-Christ, nous devons faire ce qui est en notre pouvoir spirituel et nos pouvoirs civils pour opposer la légalisation de l'euthanasie humaine et du suicide assisté. Sur le plan spirituel, cela signifie l'offrande de réparation par des prières et des messes pour les péchés commis par le biais de la légalisation de l'euthanasie humaine et du suicide assisté ; ce, non seulement pour ceux qui vont mettre fin à leur propre vie volontairement et intentionnellement, mais aussi pour ceux qui aident de quelque manière que ce soit dans l'acte lui-même, ainsi que pour les autorités civiles et religieuses qui permettent et encouragent ces actes. Sur le plan civil (sociétal et politique), nous devons faire preuve de nos croyances dans notre correspondance et dans nos conversations, en particulier avec nos représentants élus. Cette obligation perdure au-delà du point de la légalisation ; même si nous reconnaissons qu'un cadre juridique est en place pour l'euthanasie humaine et le suicide médicalement assisté, une obligation persiste à parler à son inacceptabilité morale. 20. Troublant comme il se peut que beaucoup soutiennent la légalisation de l'euthanasie humaine et / ou du suicide assisté, il est encore plus troublant de trouver des ministres chrétiens qui militent pour l’acceptabilité de l'euthanasie humaine et du suicide assisté en termes de libération miséricordieuse et compassionnelle. Cette position est contraire à la sainteté de la vie comprise comme créé par Dieu, et à la compréhension de la souffrance rédemptrice chrétienne. Donné à Toronto, Ontario, Canada, en la fête du Cœur Immaculé de la Vierge Marie, le 22 Août, dans l'année de notre Seigneur 2016, la 11e année de mon épiscopat. Monseigneur J. Roger LaRade, O.F.A. Archevêque primat Eglise Catholique Eucharistique – Eucharistic Catholic Church September 17: The Stigmata of Saint Francis (†1224)Saint Bonaventure, biographer of Saint Francis of Assisi, wrote that two years before his holy death he had been praying on Mount Alverno in a solitary retreat, where he had gone to fast for forty days in honor of the Archangel Michael. No one ever meditated more than Francis on the Passion of his Lord. During his retreat he beheld in vision a six-winged Seraph attached to a cross, and received at the same time a painful wound of the heart, which seemed to transpierce it. When the vision ended his own hands and feet bore the marks of the angelic crucifixion which he had seen in the vision. He understood by his vision that the soul must come to resemble Christ by the ardors of its interior fire, rather than by any physical, exterior means. We reproduce here a meditation of the saintly 19th century Abbot, Dom Guéranger of Solemnes in France:
The Feast of the Stigmata of Saint Francis, whom we will soon honor again on his feast of October 4th, is not only to glorify a Saint; it commemorates and signifies something which goes beyond the life of any single man, even one of the greatest of the Church. The God-Man never ceases to live on in His Church, and the reproduction of His own mysteries in this Spouse whom He wants to be similar to Himself, is the explanation of history. In the thirteenth century it seemed that charity, whose divine precept many no longer heeded, concentrated in a few souls the fires which had once sufficed to inflame multitudes. Sanctity shone as brilliantly as ever, but the hour for the cooling of the brazier had struck for the peoples. The Church itself says so today in its liturgy, at the Collect: Lord Jesus Christ, when the world was growing cold, You reproduced the sacred marks of Your passion in the body of the most blessed Francis, in order that Your love might also set our hearts afire.' The Spouse of Christ had already begun to experience the long series of social defections among the nations, with their denials, treasons, derision, slaps, spittings in the very praetorium, all of which conclude in the legalized separation of society from its Author. The era of the Passion is advanced; the exaltation of the Holy Cross, which for centuries was triumphant in the eyes of the nations, acquires in the sight of heaven, as the Angels look down upon it, the aspect of an ever closer resemblance with the Spouse to the sufferings of her crucified Beloved. Saint Francis, loved today by all who know of him — and few there are who do not — was like precious marble placed before an expert sculptor. The Holy Spirit chose the flesh of the seraph of Assisi to express His divine thought, thus manifesting to the world the very specific direction He intends to give to souls thereafter. This stigmatization offers a first example, a complete image, of the new labor the divine Spirit is meditating — total union, on the very Cross of Christ itself, of the mystical Body with the divine Head. Francis is the one honored by this primacy of choice; but after him the sacred sign will be received by others, who also personify the Church. From this time on, the Stigmata of the Lord Jesus will be at all times visible, here and there on this earth. L'Année liturgique, by Dom Prosper Guéranger (Mame et Fils: Tours, 1919), The Time after Pentecost V, Vol. 14, translation O.D.M. http://www.magnificat.ca/cal/en/saints/the_stigmata_of_saint_franci... With permission. __________________________________________________________________________ 17 Septembre: Les Stigmates de saint François d'Assise (1224)Deux ans avant sa mort, saint François s'était retiré dans la Toscane avec cinq de ses Frères, sur le mont Alverne, afin d'y célébrer l'Assomption de la Très Sainte Vierge et préparer la fête de l'archange saint Michel par quarante jours de jeûne. C'était aux environs de la fête de l'Exaltation de la Sainte Croix, François priait les bras étendus dans l'attente de l'aube, agenouillé devant sa cellule. «O Seigneur Jésus-Christ, disait-il, accorde-moi deux grâces avant que je meure. Autant que cela est possible, que dans mon âme et aussi dans mon corps, je puisse éprouver les souffrances que Toi, Tu as dû subir dans Ta cruelle Passion, et ressentir cet amour démesuré qui T'a conduit, Toi, le Fils de Dieu, à souffrir tant de peines pour nous, misérables pécheurs!» Tandis qu'il contemplait avec grand recueillement les souffrances du Sauveur, voici qu'il vit descendre du ciel un séraphin sous la forme d'un homme crucifié, attaché à une croix. Cet esprit céleste portait six ailes de feu dont deux s'élevaient au-dessus de sa tête, deux s'étendaient horizontalement, tandis que deux autres se déployaient pour voler et les deux dernières recouvraient tout le corps. Devant cet étrange spectacle, l'âme de François éprouva une joie mêlée de douleur. Le séraphin s'approcha de lui et cinq rayons de lumière et de feu jaillirent des cinq plaies de l'ange crucifié pour venir frapper le côté, les deux mains et les deux pieds du Saint, y imprimant pour toujours la trace des sacrés stigmates de Notre-Seigneur. La mystérieuse apparition disparut aussitôt, laissant le pauvre d'Assise en proie à d'inexprimables souffrances. Son côté droit laissait paraître une large plaie pourpre dont le sang sortait avec une telle abondance que ses habits en étaient tout imprégnés. Les têtes des clous apparaissaient au-dessus des mains ainsi qu'au-dessus des pieds; leurs pointes étaient repliées de l'autre côté et enfoncées dans la chair. Saint Bonaventure qui a écrit la vie de saint François une trentaine d'années après sa mort, affirme que ceux qui virent et touchèrent ces stigmates constatèrent que les clous étaient miraculeusement formés de sa chair et tellement adhérants que lorsqu'on les pressait d'un côté, ils avançaient tout d'une pièce de l'autre. Ces clous se trouvaient si bien unis à la chair et à la peau de saint François que même après sa mort, on essaya vainement de les en arracher. Des milliers de témoins oculaires ont contemplé les fascinantes empreintes pendant la vie et après la mort du grand dévot de la Passion de Jésus. Attentif à tenir ses stigmates cachées, saint François couvrait ses mains et marchait chaussé. Il ne put cependant les dissimuler longtemps, car il lui devint trop douloureux de poser la plante des pieds par terre, aussi devait-il recourir malgré lui à la continuelle assistance de ses frères. Dieu qui pour la première fois, décorait un homme des stigmates de Son Fils unique, voulut manifester leur origine céleste en accordant quantités de miracles par leur vertu surnaturelle et divine. Le pape Benoît XI voulut honorer par un anniversaire solennel et un office public, cette grâce qui n'avait jamais été accordée auparavant à la sainte Eglise. Le souverain pontife Sixte V ordonna d'insérer, dans le martyrologe romain, la mémoire des Stigmates de saint François, au 17 septembre. Le pape Paul V étendit cette fête à l'Eglise universelle dans le but d'éveiller l'amour de Jésus crucifié dans tous les coeurs. Résumé O.D.M. http://www.magnificat.ca/cal/fr/saints/les_stigmates_de_saint_franc... Avec permission. __________________________________________________________________ El 17 de septiembre: La Impresión de las Llagas de San Francisco (1224)El año 1224, después de renunciar San Francisco el generalato y haber admirado al mundo con sus virtudes y milagros, se retiró al monte Alberna, donde pasó su cuaresma de San Miguel. Una mañana, en Septiembre, hallándose en oración, se sintió tan abrasado en incendios del divino amor y con deseos de imitará Jesús crucificado, que de repente vio bajar de lo más alto del Cielo un serafín en figura de Cristo crucificado, que en rapidísimo vuelo vino a dispararse sobre él, y después de la visión dejó en su corazón una impresión maravillosa, y al mismo tiempo en el cuerpo las misteriosas llagas en los pies, manos y en el costado. Ocultó San Francisco esta maravilla por algún tiempo; pero después hizo Dios que las manifestase, para su mayor gloria, con varios milagros. Así lo confirma nuestra Santa Madre la Iglesia, al haber autorizado Oficio y Misa propios para conmemorar el milagro de la Impresión de las Llagas de Jesucristo en el cuerpo de San Francisco. http://www.magnificat.ca/cal/es/santoral/la_impresion_de_las_llagas... Con el permiso. |
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